Colonia es la ciudad del Uruguay más cercana a Buenos Aires. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad hace unos 15 años. Y aunque fue fundada en el siglo XVII, fue siempre disputada entre españoles y portugueses y, cuando por fin oficialmente pasó a ser española, a los pocos años (unos 30) le llegó la independencia a Uruguay.
Gracias a los españoles que conocí en Península Valdés me fue muy fácil encontrar el modo de ir a Colonia en un ferry rápido y económico. El trayecto es de una hora, ya que sólo se cruza el río de la Plata (que es enorme!) y la empresa Seacat ofrece los billete a mitad del precio normal y los billetes son buenos!
|
Junto al muelle de madera se encuentra
este lugar, Bastión del Carmen |
Lo que ya no me resultó tan fácil fue conseguir que alguna posada me dijera si tenía habitaciones libres y me confirmara una reserva. La mayoría se limitaron a enviarme la misma información que había en la web y pedirme que rellenara el formulario de reservas, pero que no rellenara varios formularios en paralelo. Pero con ese sistema no hubiera conseguido una reserva ni en un mes...
|
El faro en pleno centro histórico |
|
Una de las calles empedradas de la parte antigua,
con el río al fondo |
Así que cuando la posada de Los Poetas me dijo que tenía una habitación libre a un buen precio me olvidé del resto. Estaba un poco más apartada, pero era muy bonito el lugar.
|
A orillas del río se pueden encontrar varios
restaurantes bonitos y con muy buena gastronomía,
aunque un poco más caros |
Colonia es una ciudad chiquita, con un casco antiguo precioso, un faro, ruinas, su muelle y 4 km de playas de río, aunque hacía un poco de frío para pensar en ir a la playa...
Mi primera ruta fue recorrer el paseo marítimo junto a las playas, para intentar llegar a la plaza de toros (cosa que no conseguí por doble razón, estaba anocheciendo y además me dolían los pies).
|
De aquí al final hay 4 km de playas de río
con un paseo muy cuidado lleno de gente caminando o corriendo |
|
En este lugar hay un restaurante con una vista excepcional
que se llama Puerto tranquilo, un nombre que le va al dedillo |
Al regresar fui directamente a la parte antigua, y de camino me encontré con la feria artesanal y una pequeña playa. Es curioso, pero en los dos días que pasé en Colonia puede ver lo que no conseguí en 3 meses en Brasil, puestas de sol con el cielo despejado.
|
En la pequeña playa junto al centro se concentraba la gente
para disfrutar de puestas de sol como ésta |
|
El muelle de madera, tranquilo y romántico,
como el resto de la ciudad |
Y con un poco de paciencia se pueden lograr fotos como estas...
|
Que luz más especial...
parece una postal ¿no? |
|
Bonita hora para navegar |
Al anochecer, Colonia se convierte en una ciudad todavía más bonita que de día. Por ejemplo este restaurante:
|
Así es de día... |
|
Así es de noche... |
O como otros lugares del centro histórico.
|
Las ruinas de San Francisco y
el Faro, donde de día se puede subir
y ver una buena panorámica |
Una de las particularidades de Colonia es la cantidad de coches antiguos que hay por las calles y la mayoría (o todos) circulando como cualquier otro coche.
Y si en Puerto Madryn encontré un coche lleno de perros, aquí lo que encontré fue esto...
|
¿Os dais cuenta? peces!
pero tranquilos... que no son de verdad! |
La otra cosa que sorprende es la seguridad y lo acogedora que es la gente, teniendo en cuenta que está tan cerca de una ciudad cosmopolita como es Buenos Aires. Aquí lo que le pasó a María sería impensable, seguro que recuperaría el bolso y todo lo que hay dentro, con dinero incluido.
|
Me hizo gracia encontrar esto:
La Oveja Negra
igual que el tradicional bar barcelonés,
sólo que ésto era una tienda de ropas de lana artesanales |
Ah! Se me olvidaba hablar del plato típico del Uruguay por excelencia: el "chivito uruguayo". Es una carne de ternera a la plancha, muy rica, con bacon, jamón, queso, lechuga y tomate. Lo preparan todos los restaurantes y en varias formas: en bocadillo o en plato y con varios acompañamientos opcionales (patatas, ensalada, ensaladilla rusa,...).
Yo probé dos versiones, en el restaurante Merco Sur, en plato, tenía todo incluso huevo frito, muy rico, y en un restaurante muy bonito frente al faro lo probé en bocadillo, este me gustó más aún. En este restaurante me hizo gracia porque el camarero, Gastón, intentaba invitar a la gente que pasaba por allí a una copa de vino, pero en el rato que estuve sólo un chico le aceptó. Igualito que en España, que hubiera tenido que esconder la botella para que no se la llevaran!!
Anda que no amb els cotxes...
ResponderEliminarSembla el Rally Barcelona-Sitges :)
Segueixo llegint entrades que em dones feina, je je
Bé, ara haurem de dir a totes les guies turistiques de Brasil que s'equivocaven amb les postes de sol, aquestes son una xulada. Un petonas. Carme
ResponderEliminar