Morro de São Paulo (2ª parte)
En Morro es fácil conocer gente, ya en el viaje conocí a Emeline (gaucha), en el hostal Che Lagarto conocimos a Renato (mineiro), a través de Renato a Elisa (paulista) y en el bar a un argentino del que no recuerdo el nombre, creo que Gustavo...
Elisa, Emeline, Gustavo, Ruth y Renato, yo era la representante nordestina |
El que canta en realidad trabaja en el bar convenciendo a la gente de que se quede ahí tomando algo, pero de vez en cuando se anima! |
Todos acabaron cantando y bailando mientras yo filmaba |
Y esta fue la canción dedicada...
Emeline conoció también a Papitu, cuyo trabajo en la isla consistía en ir a buscar bichos tipo serpientes, escorpiones, etc que encontraban en el pueblo y luego los liberaba en su habitat.
Al día siguiente íbamos a acompañarlo a liberar dos culebras, pero por alguna razón no nos encontramos, así que nos quedamos en la 2ª playa sin más bichos que los mosquitos.
Allí conocimos al mismísimo Jack Sparrow! En realidad es un bahiano casado con una española que tenía esa peculiar manera de promocionar sus paseos. Yo creo que haría mejor dedicándose a actor, ya que hacía el papel de maravilla.
Al día siguiente lo encontré sin disfraz ni maquillaje y casi no lo reconocí |
Aparte de recorrer las 5 playas, otros paseos que se pueden hacer en Morro de São Paulo son:
La subida al mirador de la tirolina y, si tienes valor, tirarte en ella hasta la primera playa.
La tirolina llega hasta la mismísima playa... |
Cuando la marea está baja se puede llegar hasta Gamboa por la playa pasando, poco antes de llegar, por una montaña de arcilla que las malas lenguas dicen que es beneficiosa para la piel, pero otros dicen que no tiene ningún tipo de propiedad. Para hacer ese paseo contraté a Dionísio.
Dionisio (todos llevan escrito el nombre en la camiseta). Al fondo se ve la montaña de arcilla |
Como unos 10 minutos antes de llegar a la arcilla nos cruzamos con una mujer que nos contó que había habido un derrumbamiento y que arrastró a gente que en ese momento estaba al pie de la montaña colocándose arcilla.
Cuando llegamos vimos un hombre que fue golpeado en la cara al ser arrastrado y estaba lleno de heridas, parece que el resto (había unas 30 personas) tuvieron tiempo de salir corriendo. Sólo que encontraron unas gafas y un gorro de los cuales no apareció el dueño y tenían miedo que alguien hubiera quedado enterrado debajo de la arcilla, y era una buena montaña la que quedó en la playa!
Así que empezaron a cavar desesperadamente con algunas palas que trajeron gente del pueblo. Al cabo de un rato llegó un tractor con una pala y más gente para ayudar (medio pueblo fue a ayudar y a curiosear, aquí el boca a boca es el medio más rápido de hacer correr noticias). Ahí sí consiguieron sacar toda la arcilla caída. Afortunadamente no encontraron a nadie, porque desde luego no hubiera sobrevivido.
Cuando llegamos vimos un hombre que fue golpeado en la cara al ser arrastrado y estaba lleno de heridas, parece que el resto (había unas 30 personas) tuvieron tiempo de salir corriendo. Sólo que encontraron unas gafas y un gorro de los cuales no apareció el dueño y tenían miedo que alguien hubiera quedado enterrado debajo de la arcilla, y era una buena montaña la que quedó en la playa!
Así que empezaron a cavar desesperadamente con algunas palas que trajeron gente del pueblo. Al cabo de un rato llegó un tractor con una pala y más gente para ayudar (medio pueblo fue a ayudar y a curiosear, aquí el boca a boca es el medio más rápido de hacer correr noticias). Ahí sí consiguieron sacar toda la arcilla caída. Afortunadamente no encontraron a nadie, porque desde luego no hubiera sobrevivido.
La última excursión que se puede hacer en la isla es un paseo en lancha, pasando por las piscinas naturales de Garapuá y también por la isla de Boipeba, donde se encuentra Cueira, otra de las playas catalogadas como de las mejores de Brasil.
En Cueria sólo se encuentra la barraca de Seu Guido, famosa por sus langostas. Allí probé la peculiar langosta hervida en agua de mar, pero tenía otras modalidades como la langosta con abacaxí (piña) o simplemente a la brasa. En realidad más que langostas eran como langostinos grandes, pero igual muy ricas.
Restaurante de Guido, gente famosa de Brasil también ha pasado por aquí |
Aquí esta preparando langostas con agua de mar y también con abacaxí |
De allí hay un camino que lleva a Boca da Barra pasando por la playa de Tassimirim. El paseo es una preciosidad.
En Boca da Barra coinciden una playa de mar con otra de río y dependiendo de la marea puedes disfrutar de una o de otra o incluso elegir entre las dos. Lo curioso es que en esta zona el agua de río es rojiza y es por la cantidad de hierro que tiene.
En Boca da Barra coinciden una playa de mar con otra de río y dependiendo de la marea puedes disfrutar de una o de otra o incluso elegir entre las dos. Lo curioso es que en esta zona el agua de río es rojiza y es por la cantidad de hierro que tiene.
A la izquierda de esta franja de arena está el río, a la derecha el mar. Imagino que de ahí viene el nombre de Boca da Barra. |
Una barraca a orillas del río |
La lancha en la que íbamos, también en la playa de río. Se aprecia un poco el agua rojiza? |
Al final de la excursión las lanchas paran en una especie de bares flotantes donde se pueden degustar ostras crudas o gratinadas. Pero igual que las langostas, parecían más vieiras que ostras, de pequeñas que eran.
Uno de los barios bares flotantes para degustar otras |
La pareja argentina con la que hice el paseo |
Renato me advirtió que encontraría otro mineiro en el paseo y lo encontré! Él se animó a probar las otras gratinadas |
Y ahí acabó la estancia en Morro de São Paulo. Me quedé con ganas de ir a la playa de Garapuá, pero el único modo era en 4x4 y sólo por llevarte y traerte al final del día te cobraban 60 reales, lo mismo que en el paseo en lancha todo el día. Creo que esto lo deberían mejorar un poco...
Ah! Una dedicatoria especial a la gente del Hostal Che Lagarto, una cadena argentina que tiene hostales en los puntos más turísticos de varios países de latinoamérica. Fueron muy acogedores y simpáticos, e incluso Sylvano nos dio clases de portugués una tarde lluviosa a mi y a un chico israelí llamado Weissi que justo empezaba a aprender.
http://www.chelagarto.com/
Ah! Una dedicatoria especial a la gente del Hostal Che Lagarto, una cadena argentina que tiene hostales en los puntos más turísticos de varios países de latinoamérica. Fueron muy acogedores y simpáticos, e incluso Sylvano nos dio clases de portugués una tarde lluviosa a mi y a un chico israelí llamado Weissi que justo empezaba a aprender.
http://www.chelagarto.com/
Veig que dona de si Morro, o potser ets tu el que fa que les coses Brasilenyes donin....Un petonas.
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