Viaje de Canoa a Pipa
Este viaje merece un capítulo especial porque fue de lo más accidentado.
Después de recibir las burlas de todos los que había en la pousada porque cada día decía que me iba al día siguiente, pero al día siguiente allí seguía, al fin decidí que mi próximo destino sería Pipa, con lo que mi viaje sería largo pero "en teoría" más sencillo. Sólo tenía que coger un bus a Natal que tardaba 5 horas y de allí a Pipa otro bus o una van que tardaba unas 2 horas más.
Después de ir dos veces a la estación de bus de Canoa para asegurarme bien cómo eran los horarios, al fin el domingo a las 11 fui allí decidida a coger el bus de las 11:30. Cuando llegué allá con las maletas para comprar el billete con tiempo, el hombre con el que había hablado las otras dos veces me dijo que estaba bien pero que al bus de las 11:30 no iba a llegar. Yo creí que bromeaba... ¿cómo no iba a llegar si aún quedaban 20 minutos y ya estaba allí? Pues resulta que no bromeaba, porque aunque los buses sí te dejan en Canoa, parece que para cogerlos hay que ir forzosamente a Aracatí, que está a 18 km de allí!
Le pregunté cómo podía hacer para llegar a tiempo y, un poco derrotista, el hombre me dijo que imposible, que acababa de salir una van y que la siguiente no iba a salir hasta que no se llenara. Que podía coger un taxi, pero que iba a tardar 20 minutos y no llegaría a tiempo. Pero si quería podía coger el siguiente a las 14h.
El problema para mi era que ya con éste, después tenia el tiempo justo de coger el último bus a Pipa, así que decidir intentar llegar con el taxi. Él se ofreció a llamar para asegurarme plaza y que me esperaran unos minutos, cosa que consiguió, y salí volando para Aracatí.
Cuando llegué allá no había absolutamente nada, yo creía que mi bus se había ido sin esperarme, pero no... lo que ocurría era que iba con retraso y ni siquiera había llegado (podían habérmelo dicho antes!).
Así que llegó, bajaron todos los pasajeros para comer y a la media hora subimos todos camino a Natal.
El viaje fue todo con una lluvia fuerte. Yo estaba un poco preocupada porque si llegábamos con mucho retraso a Natal quizás no llegaba tiempo al otro bus, pero "siempre positiva"!!
El bus recuperó tiempo y llegó puntual.
Menos mal! porque resulta que el bus, que aparecía en los horarios, ese día no salía (nadie me explicó porqué) y en su lugar tenía que coger una van privada que también hace ese recorrido y salía un poco antes. La ventaja de la van era que entraba en el pueblo y ya me dejaba muy cerquita de la pousada, así que todo bien.
Esas vans van a toda pastilla, cogiendo y dejando gente en cualquier lugar por donde pasen. Así que a las 2 horas aproximadamente llegamos a Pipa. Casi todo el mundo bajó en la parada del centro del pueblo y allí subió más gente que volvía para Natal. Pero yo pregunté por mi pousada y me dijeron que esperara, que era más adelante. Un poco más allá me iba fijando en los carteles por si la veía... y de repente la vi! como era de imaginar el conductor se la pasaba de largo, no te puedes fiar ni un pelo. Así que pegué un salto y un grito para avisarle que parara y clavó los frenos. El ayudante cogió la maleta y me la pasó casi al vuelo y me fui aliviada de haber conseguido llegar después de tantas aventuras.
Cuando caminaba hacia la pousada, sólo a una calle, me dio la sensación que llevaba poco peso... qué podía ser? .... la mochila!!! como pegué el salto al ver que se pasaban de largo la pousada dejé olvidada la mochila encima de mi asiento. Así que entré en mi pousada, le expliqué rápido al dueño lo que había pasado por si se les podía avisar, y me dijo que no pero que si salía detrás de ellos igual los pillaba en la siguiente plaza porque allí se esperaban 15 minutos.
Así que dejé mi maleta allí y salí corriendo. Como allí nadie corre, la gente que me veía por el camino me preguntaba qué me pasaba. Es ese espíritu que tienen los brasileños de ayudarte cuando te ven apurado. Pero yo no tenía tiempo de explicarles... Llegué a la plaza y allí no había ni Dios! en eso llega un coche y oigo mi nombre.... Pero ¿quién me llama si acabo de llegar y aún no conozco a nadie? pues era el dueño de la pousada, que al llegar su mujer pudo coger el coche y venir a ayudarme. Fuimos a la persecución de la van, pero que va, imposible! Eso os puede dar una idea de lo que corren esos trastos! ni con las paradas continuas que hacen conseguimos pillarla y en el siguiente pueblo desistimos.
Tampoco conseguimos hablar con ellos, tenían el teléfono desconectado y sólo conseguimos dejar un mensaje. Ah! se me olvidaba decir que en la mochila justamente llevo lo más importante: el computador, todos los cargadores y la ropa que más uso. Hubiera preferido perder la maleta a la mochila!
El dueño me decía que no me preocupara, que los chicos la guardarían y que hacían ese recorrido varias veces al día. Así que miramos los horarios y al día siguiente llegaban a Pipa a las 7:50 de la mañana. Ya me veis levantada a las 7:30 y vistiéndome rápido para esperar a la van.
Al llegar a la calle vi que pasaba una y salí corriendo pensando que era la misma. La gente que me vio correr la hizo parar para esperarme y, cuando llegué, vi que no era esa, pero les expliqué todo y me dijeron que venía detrás y que ya me acercaban a la plaza. Así que todo el mundo en la van sabía que iba en busca de la mochila perdida y me iban indicando todo, donde paraba con quién hablar, etc.
Por fin llegó mi van y en ella los mismos chicos de la noche antes, que eran de pocas palabras... Mientras la gente bajaba y subía le conté al acompañante que me había olvidado la mochila la noche antes y su respuesta fue "Si". Le pregunté si la tenían allí y me respondió "Si". Le pregunté dónde y me dijo que subiera, así que subí. Entonces le conté al chofer que venía a recoger mi mochila olvidada y con la cabeza me dijo "Si", le pregunté dónde estaba y con la cabeza me señaló el mismo lugar donde yo la dejé. Al bajar le pregunté si habían escuchado el mensaje que dejamos y con la cabeza volvió a decirme "Si"...
Esa fue toda la conversación con ellos, pero les estoy muy agradecida, porque de lo que estoy segura es que en España esta mochila no hubiera llegado ni al siguiente pueblo, habría volado antes seguro!
Después de recibir las burlas de todos los que había en la pousada porque cada día decía que me iba al día siguiente, pero al día siguiente allí seguía, al fin decidí que mi próximo destino sería Pipa, con lo que mi viaje sería largo pero "en teoría" más sencillo. Sólo tenía que coger un bus a Natal que tardaba 5 horas y de allí a Pipa otro bus o una van que tardaba unas 2 horas más.
Después de ir dos veces a la estación de bus de Canoa para asegurarme bien cómo eran los horarios, al fin el domingo a las 11 fui allí decidida a coger el bus de las 11:30. Cuando llegué allá con las maletas para comprar el billete con tiempo, el hombre con el que había hablado las otras dos veces me dijo que estaba bien pero que al bus de las 11:30 no iba a llegar. Yo creí que bromeaba... ¿cómo no iba a llegar si aún quedaban 20 minutos y ya estaba allí? Pues resulta que no bromeaba, porque aunque los buses sí te dejan en Canoa, parece que para cogerlos hay que ir forzosamente a Aracatí, que está a 18 km de allí!
Le pregunté cómo podía hacer para llegar a tiempo y, un poco derrotista, el hombre me dijo que imposible, que acababa de salir una van y que la siguiente no iba a salir hasta que no se llenara. Que podía coger un taxi, pero que iba a tardar 20 minutos y no llegaría a tiempo. Pero si quería podía coger el siguiente a las 14h.
El problema para mi era que ya con éste, después tenia el tiempo justo de coger el último bus a Pipa, así que decidir intentar llegar con el taxi. Él se ofreció a llamar para asegurarme plaza y que me esperaran unos minutos, cosa que consiguió, y salí volando para Aracatí.
Cuando llegué allá no había absolutamente nada, yo creía que mi bus se había ido sin esperarme, pero no... lo que ocurría era que iba con retraso y ni siquiera había llegado (podían habérmelo dicho antes!).
Así que llegó, bajaron todos los pasajeros para comer y a la media hora subimos todos camino a Natal.
El viaje fue todo con una lluvia fuerte. Yo estaba un poco preocupada porque si llegábamos con mucho retraso a Natal quizás no llegaba tiempo al otro bus, pero "siempre positiva"!!
El bus recuperó tiempo y llegó puntual.
Menos mal! porque resulta que el bus, que aparecía en los horarios, ese día no salía (nadie me explicó porqué) y en su lugar tenía que coger una van privada que también hace ese recorrido y salía un poco antes. La ventaja de la van era que entraba en el pueblo y ya me dejaba muy cerquita de la pousada, así que todo bien.
Esas vans van a toda pastilla, cogiendo y dejando gente en cualquier lugar por donde pasen. Así que a las 2 horas aproximadamente llegamos a Pipa. Casi todo el mundo bajó en la parada del centro del pueblo y allí subió más gente que volvía para Natal. Pero yo pregunté por mi pousada y me dijeron que esperara, que era más adelante. Un poco más allá me iba fijando en los carteles por si la veía... y de repente la vi! como era de imaginar el conductor se la pasaba de largo, no te puedes fiar ni un pelo. Así que pegué un salto y un grito para avisarle que parara y clavó los frenos. El ayudante cogió la maleta y me la pasó casi al vuelo y me fui aliviada de haber conseguido llegar después de tantas aventuras.
Cuando caminaba hacia la pousada, sólo a una calle, me dio la sensación que llevaba poco peso... qué podía ser? .... la mochila!!! como pegué el salto al ver que se pasaban de largo la pousada dejé olvidada la mochila encima de mi asiento. Así que entré en mi pousada, le expliqué rápido al dueño lo que había pasado por si se les podía avisar, y me dijo que no pero que si salía detrás de ellos igual los pillaba en la siguiente plaza porque allí se esperaban 15 minutos.
Así que dejé mi maleta allí y salí corriendo. Como allí nadie corre, la gente que me veía por el camino me preguntaba qué me pasaba. Es ese espíritu que tienen los brasileños de ayudarte cuando te ven apurado. Pero yo no tenía tiempo de explicarles... Llegué a la plaza y allí no había ni Dios! en eso llega un coche y oigo mi nombre.... Pero ¿quién me llama si acabo de llegar y aún no conozco a nadie? pues era el dueño de la pousada, que al llegar su mujer pudo coger el coche y venir a ayudarme. Fuimos a la persecución de la van, pero que va, imposible! Eso os puede dar una idea de lo que corren esos trastos! ni con las paradas continuas que hacen conseguimos pillarla y en el siguiente pueblo desistimos.
Tampoco conseguimos hablar con ellos, tenían el teléfono desconectado y sólo conseguimos dejar un mensaje. Ah! se me olvidaba decir que en la mochila justamente llevo lo más importante: el computador, todos los cargadores y la ropa que más uso. Hubiera preferido perder la maleta a la mochila!
El dueño me decía que no me preocupara, que los chicos la guardarían y que hacían ese recorrido varias veces al día. Así que miramos los horarios y al día siguiente llegaban a Pipa a las 7:50 de la mañana. Ya me veis levantada a las 7:30 y vistiéndome rápido para esperar a la van.
Al llegar a la calle vi que pasaba una y salí corriendo pensando que era la misma. La gente que me vio correr la hizo parar para esperarme y, cuando llegué, vi que no era esa, pero les expliqué todo y me dijeron que venía detrás y que ya me acercaban a la plaza. Así que todo el mundo en la van sabía que iba en busca de la mochila perdida y me iban indicando todo, donde paraba con quién hablar, etc.
Por fin llegó mi van y en ella los mismos chicos de la noche antes, que eran de pocas palabras... Mientras la gente bajaba y subía le conté al acompañante que me había olvidado la mochila la noche antes y su respuesta fue "Si". Le pregunté si la tenían allí y me respondió "Si". Le pregunté dónde y me dijo que subiera, así que subí. Entonces le conté al chofer que venía a recoger mi mochila olvidada y con la cabeza me dijo "Si", le pregunté dónde estaba y con la cabeza me señaló el mismo lugar donde yo la dejé. Al bajar le pregunté si habían escuchado el mensaje que dejamos y con la cabeza volvió a decirme "Si"...
Esa fue toda la conversación con ellos, pero les estoy muy agradecida, porque de lo que estoy segura es que en España esta mochila no hubiera llegado ni al siguiente pueblo, habría volado antes seguro!
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