Arg-Pto.Madryn-Punta Ninfa
Mi llegada a Puerto Madryn no puedo ser mejor.Y no me refiero a la llegada en avión, que fue puntual y todo eso, ninguna queja, sino a que a la mañana siguiente, mientras desayunaba en el hostal, allí había sólo una chica que llevaba 3 días esperando para hacer la excursión a Punta Ninfas.
Justamente la excursión a Punta Ninfas era una de las que no pude hacer la otra vez. Lo bonito de ese paseo es que te acercas un montón a los elefantes marinos. Como es temporada muy baja, hay poca gente y además es una excursión poco conocida, así que estás prácticamente sólo en el lugar.
Así fue que fuimos Rachael, el guía Martín y yo a 70 km al sur de Puerto Madryn.
Cuando llegamos a lo alto del acantilado el paisaje me pareció maravilloso. Y el día ayudaba, ya que era soleado cálido y prácticamente sin viento. El problema fue cuando me asomé para ver por dónde teníamos que bajar...Allí empezaron a temblarme las piernas!
Yo no iba preparada para la escalada y para bajar teníamos que agarrarnos de un palo de hierro, colocar los pies en una especie de escalones en las rocas, agarrarnos a una cuerda, y descender como podíamos un trozo (no mucho). Después mejoraba, sólo resbalabas con la arena y las piedras que habían en el camino y si se te ocurría agarrarte a algo, como a mí, eran arbustos con espinos, o sea que además te magullabas las manos...
Al llegar arriba de Punta Ninfa esta es la vista. Desde aquí son sólo puntos, pero allá abajo pueden verse ya los elefantes marinos relajados en la playa y protegidos por las rocas |
Justamente la excursión a Punta Ninfas era una de las que no pude hacer la otra vez. Lo bonito de ese paseo es que te acercas un montón a los elefantes marinos. Como es temporada muy baja, hay poca gente y además es una excursión poco conocida, así que estás prácticamente sólo en el lugar.
Aquí puede apreciarse un poco la perspectiva del acantilado que hay que bajar para acercarse a ellos |
Cuando llegamos a lo alto del acantilado el paisaje me pareció maravilloso. Y el día ayudaba, ya que era soleado cálido y prácticamente sin viento. El problema fue cuando me asomé para ver por dónde teníamos que bajar...Allí empezaron a temblarme las piernas!
Allí ya estábamos a pocos metros del más cercano |
En la playa, a la derecha, se ve algún ejemplar más que quiere un poco de tranquilidad... |
Pero la bajada tenía su recompensa y al llegar pudimos colocarnos muy cerca de este grupo de elefantes marinos descansando al sol aprovechando la marea baja.
y que a veces tenía gestos casi humanos, como desperezarse y rascarse la cabeza |
Así pasamos un buen rato observando como se tiraban al agua, como subían, como se desperezaban... y los ruidos que hacían en ese lugar donde el único sonido era el del mar y del viento.
En este vídeo se puede ver como juegan o coquetean (no sé) dos elefantes en el agua.
Y en este otro el elefante más cercano decidió unirse al grupo...
Ahí decidimos acercarnos un poco mas al grupo, que de vez en cuando nos observaba, pero seguían con sus cosas. Y esto fue lo que filmé hasta que se me terminó la batería.
Después vino la subida, pero con lo que me costó la bajada me pareció incluso fácil, eso si, llegué arriba con el corazón en la garganta! Las agujetas aún me duran ahora, yo creo que del miedo a caerme aún contraía los músculos de las piernas más de lo necesario.
Y al volver a Puesto Madryn, paseando por el paseo marítimo, encontré este coche tan divertido...
Parecen o no una familia de perros? el papá y la mamá delante y los niños detrás... |
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