Pipa
Todo el mundo me había hablado muy bien de Pipa, que aunque era mas turístico, las playas eran muy lindas. Y en verdad tengo que decir que lo son!
La principal diferencia entre Pipa y los anteriores destinos es que en Pipa tienes varias playas vírgenes cercanas a las que puedes llegar caminando. De hecho la única playa urbanizada es la central, el resto se conservan vírgenes, entre otras cosas, porque tienen un acceso difícil. Sólo se puede llegar a ellas desde arriba por las falesias o con marea baja cruzando las rocas desde la playa de al lado. Y hay que ir con cuidado con eso porque, en alguna que no tiene salida por arriba, puedes quedar varias horas en la playa hasta que la marea vuelve a bajar lo suficiente.
La primera playa que visité fue la playa del Amor, que era la más cercana a mi posada, y una de las más recomendadas. El nombre real es Praia dos Afogadas, nombre nada romántico...
Para bajar hay una escalinata excavada en la propia falesia, con escalones desiguales y a veces un poco altos, pero no es difícil llegar.
Entrando desde arriba de la falesia te encuentras con este cartel tan romántico |
y mirando hacia abajo... esta es la vista hacia la izuqierda |
y esta hacia la derecha |
Y esta la razón del nombre: un corazón! |
Donde está el corazón, con las rocas se forman unas piscinas naturales muy agradables para bañarse.
Y por el otro lado, con la marea baja, se puede llegar a la playa central, también pasando por piscinas naturales en las rocas.
Al día siguiente fui a conocer la playa do Curral, a la que llaman también bahía dos golfinhos (delfines).
Aquí si que no hay más modo de entrar que por las rocas con la marea baja. Así que cuando llegué a la playa central pregunté cómo estaba para pasar y un pescador me dijo que la marea ya estaba bajando y ya daba para pasar.
Aquí no parecía muy problemático, sólo había que pasar algunas rocas y el mar no estaba fuerte |
Pero cuando miraba hacia adelante y veía esto no lo tenía tan claro! sólo que me cruzaba con gente que decía venir de allá y que se podía pasar sin problemas |
y así fue que pasé las rocas y me encontré con ésto! |
Éste era de lo más primitivo: los asientos hechos con troncos y maderas |
Ese día no vi delfines, pero un chico que trabaja en uno de los bares, Rafael, me dijo que si iba temprano, cuando la marea estaba baja, los delfines se acercaban mucho a la playa y podías bañarte con ellos.
Al día siguiente me puse el despertador, pero durante toda la noche estuvo diluviando y por la mañana también, así que ese día desistí. Aún me quedaba un día. Intenté al dia siguiente. A las 7:30 de la mañana ya estaba en la playa, vacía y con el mar más plano que había visto en Brasil en todo este tiempo.
Entré en el agua y me bañé esperando que los delfines aparecieran. Cuando ya llevaba un rato e iba a salir de repente vi uno, muy cerquita. Y después otro y otro más. Tres delfines que se iban acercando y alejando. El único sonido que se oía era el de los delfines respirando cuando salían del agua. Se llegaron a acercar a menos de dos metros de mi. Y así estuve un buen rato!
Después apareció un chico holandés, con un guía, para hacer fotos de los delfines desde la arena. Estuvieron allí un rato y se fueron. Ya más tarde aparecieron dos chicos de Israel que si entraron en el agua. Con todo eso yo llevaba casi dos horas bañándome con los delfines. Una experiencia única!!
Y al final salí porque tenía que dejar la pousada a mediodía, sino ahí seguiría metida en el agua. Yo creo que en otra vida fui delfín!
Aquí tenéis el vídeo que filmé cuando salí para secarme, para que veáis que no os engaño...
http://www.youtube.com/watch?v=nZlLC2g9R-8
El tercer día fui a conocer la tercera playa famosa por su belleza, Praia dos Madeiros. Con la marea baja se puede llegar desde la bahía de los golfinhos pero, según me dijeron, incluso así era difícil pasar las rocas. Así que opté por el camino fácil que era tomar una van y llegar desde arriba.
Aquí, inesperadamente, se acercaron también varios delfines por la tarde. Las olas estaban muy fuertes, así que yo no entré mucho, pero si entraron otros más atrevidos a ver si conseguían acercarse. Pero es difícil, los delfines nadan rápidos y sólo se acercan si ellos quieren.
Al día siguiente me puse el despertador, pero durante toda la noche estuvo diluviando y por la mañana también, así que ese día desistí. Aún me quedaba un día. Intenté al dia siguiente. A las 7:30 de la mañana ya estaba en la playa, vacía y con el mar más plano que había visto en Brasil en todo este tiempo.
Entré en el agua y me bañé esperando que los delfines aparecieran. Cuando ya llevaba un rato e iba a salir de repente vi uno, muy cerquita. Y después otro y otro más. Tres delfines que se iban acercando y alejando. El único sonido que se oía era el de los delfines respirando cuando salían del agua. Se llegaron a acercar a menos de dos metros de mi. Y así estuve un buen rato!
Después apareció un chico holandés, con un guía, para hacer fotos de los delfines desde la arena. Estuvieron allí un rato y se fueron. Ya más tarde aparecieron dos chicos de Israel que si entraron en el agua. Con todo eso yo llevaba casi dos horas bañándome con los delfines. Una experiencia única!!
Y al final salí porque tenía que dejar la pousada a mediodía, sino ahí seguiría metida en el agua. Yo creo que en otra vida fui delfín!
Aquí tenéis el vídeo que filmé cuando salí para secarme, para que veáis que no os engaño...
http://www.youtube.com/watch?v=nZlLC2g9R-8
El tercer día fui a conocer la tercera playa famosa por su belleza, Praia dos Madeiros. Con la marea baja se puede llegar desde la bahía de los golfinhos pero, según me dijeron, incluso así era difícil pasar las rocas. Así que opté por el camino fácil que era tomar una van y llegar desde arriba.
El encanto de esta playa es la vegetación frondosa que cubre las falesias y llega hasta la misma arena |
Aquí hay algunas barracas más, que aunque bastante camufladas, le quitan parte de la virginidad a la playa |
Por la tarde fui a conocer la playa das Minas, una de las menos visitadas y por tanto más solitarias. Acceder por la playa es más difícil que en las otras, ya que hay que subir un poco la montaña de rocas. Hay un camino ya hecho de arena de la gente que pasa, pero como fui el día después de las lluvias torrenciales, la arena se podía haber movido y las falesias estaban más blandas y se desmoronaban un poco.
Un chico que también iba allí me ayudó a pasar en algún momento que yo no veía claro cómo continuar, mientras me agarraba para que saltara una roca él hundió la pierna hasta la rodilla en un agujero cubierto por la arena, así que en vez de ayudarme él a mí acabé ayudándole yo a él, si no llego a sostenerle podría haber perdido el equilibrio y partirse la pierna.
Cuando estábamos en esas me dijo que volviera para atrás, yo no entendía porqué, pero le hice caso... Volví a subir la roca y miré hacia adelante, en medio del caminito, escondida detrás de la roca justo delante de donde estaba yo, había una culebra verde! Yo me hubiera vuelto para atrás corriendo, pero él tranquilo, asustó a la culebra y cuando se apartó continuamos adelante. Según he leído ahora la culebra verde es venenosa pero no mortal, lo hubiera sabido antes....
La praia das Minas es la preferida de las tortugas para desovar y de hecho había un guarda que estaba revisando los nidos marcados en la playa, ya que era época de que empezaran a salir las tortuguitas.
Ahí terminó mi estancia en Pipa. Con el baño matinal con los delfines dije adiós a esa zona tan bonita!
Por la noche, cuando llegué a Natal, vino a buscarme Lalu, prima de Maria, para cenar en su casa. Allí estaban también su hija, su nuero, sus nietos y una amiga que había estado en Barcelona sólo unos meses antes. Fueron muy amables y simpáticos, después de cenar me llevaron a ver un poco Natal de noche, las playas, los paseos, las calles y puentes... Me pareció una ciudad muy bonita, casi de veraneo, así que espero poder volver y conocerla con más calma! Además dicen que tiene alguna de las playas urbanas más bonitas del país.
Praia das Minas |
Un chico que también iba allí me ayudó a pasar en algún momento que yo no veía claro cómo continuar, mientras me agarraba para que saltara una roca él hundió la pierna hasta la rodilla en un agujero cubierto por la arena, así que en vez de ayudarme él a mí acabé ayudándole yo a él, si no llego a sostenerle podría haber perdido el equilibrio y partirse la pierna.
Cuando estábamos en esas me dijo que volviera para atrás, yo no entendía porqué, pero le hice caso... Volví a subir la roca y miré hacia adelante, en medio del caminito, escondida detrás de la roca justo delante de donde estaba yo, había una culebra verde! Yo me hubiera vuelto para atrás corriendo, pero él tranquilo, asustó a la culebra y cuando se apartó continuamos adelante. Según he leído ahora la culebra verde es venenosa pero no mortal, lo hubiera sabido antes....
La praia das Minas es la preferida de las tortugas para desovar y de hecho había un guarda que estaba revisando los nidos marcados en la playa, ya que era época de que empezaran a salir las tortuguitas.
Ahí terminó mi estancia en Pipa. Con el baño matinal con los delfines dije adiós a esa zona tan bonita!
Por la noche, cuando llegué a Natal, vino a buscarme Lalu, prima de Maria, para cenar en su casa. Allí estaban también su hija, su nuero, sus nietos y una amiga que había estado en Barcelona sólo unos meses antes. Fueron muy amables y simpáticos, después de cenar me llevaron a ver un poco Natal de noche, las playas, los paseos, las calles y puentes... Me pareció una ciudad muy bonita, casi de veraneo, así que espero poder volver y conocerla con más calma! Además dicen que tiene alguna de las playas urbanas más bonitas del país.
I el video ?
ResponderEliminarEl podries posar al Youtube !!!!