Onibus (2º capítulo)

Hace dos días cambié de apartamento, pero eso explicaré en otro capítulo, la cuestión es que eso motivó que tuviera que buscar de nuevo un onibus para ir al curso de cocina.

Como ahora vivo al lado de una de las principales avenidas cerca del mar, aquí la variedad de buses que puedes tomar es enorme, pero después de usar el sistema que expliqué en el capítulo 1 para saber cuál me convenía, resultó que para ir a la parte del centro donde está el SENAC (la escuela oficial) sólo tengo una posibilidad: una jardineira.

¿Qué es una jardineira? pues es un bus más pequeño, en este caso sólo de dos puertas, y al revés que los otros, aquí entras por delante y sales por detrás. Al ser más pequeños son más rápidos, lo malo es que sólo tiene una fila de asientos a cada lado y otra detrás, con lo que lo más probable es que te toque ir de pié.

En estos lo divertido es el sistema para pedir parada, porque si los otros tienen un cable en el techo que tu tiras y se enciende la luz de "parada solicitada", en este caso, a veces existe, a veces no... y si existe creo que nadie la usa. ¿Qué hace la gente? Pues grita. ¿Y qué grita? A veces "Próxima eeeeh!" o " Próxima ooooh!", y si el conductor no se entera, entonces golpean fuerte la puerta, y como los buses son chatarra pura, eso si lo oye seguro. Suerte que tengo media hora para enterarme cómo funciona, porque sino ya me veo dando vueltas por toda la ciudad sin saber cómo bajar!!

Otras veces quieren que les abran fuera de parada. Entonces dicen "Será que da para abrir aquí?". Por eso a veces cuando piden parada les preguntan si es ahora mismo, en la próxima o en la próxima de la próxima. Si me preguntan eso a mi lo tengo claro, porque todo va a los gritos y yo no entiendo nada, así que sólo respondería "la próxima....".

Estas jardineiras son muy ágiles, tanto que a veces cogen baches fuertes y ayer, por ejemplo, que yo iba sentada en la fila de atrás, todos saltamos casi un lugar para adelante, Afortunadamente yo tenía un asiento que me paró y tuve tiempo de coger también a la señora de al lado, pero a la abuela de en medio ya la veía yo sentada en el suelo!

Cuando fui a bajar, todo bien, porque había más gente que bajaba y todos gritaban "próxima eh!", así que me lo pude ahorrar. Pero cuando pegó el frenazo, yo estaba cogida en una de las barras de la puerta, y la barra, que no estaba fijada en el techo, se movió dos palmos!!!! yo ya me veía en el suelo, con la barra en la mano, el bus roto... Pero un hombre me aguantó y la cosa no fue a más.

Cuando pregunto en el bus intento hacerlo discretamente a la persona que tengo al lado, pero no hay forma, te notan el acento y todo el mundo quiere intervenir y ayudar, entonces se forma un debate, todo el mundo me dice cosas, que me cuesta entender, porque me hablan de calles y lugares que no conozco, y al final tengo que preguntar si lo que creo que están diciendo es correcto. Pero da igual, porque si intento bajar antes no me dejan y cuando llega mi parada casi que me empujan (estoy exagerando un poco, pero no creáis que mucho...).

Ah! y otra cosa que me olvidé de contar en el capítulo anterior y que me parece interesante. Es la explicación de porqué cuando hay embotellamiento a veces los buses son más rápidos que los coches. Pues porque en un momento dado el conductor decide desviarse de su trayecto y coge una calle paralela que esté mejor!! La primera vez que me pasó esto, como unos chicos me estaban indicando como llegar al SENAC sólo me enteré después. Pero la segunda casi me bajo 10 paradas antes de la mía! hasta que vi que no, que estaba cogiendo un atajo. ¿Y que pasa entonces con la gente que quería bajar en esas paradas que se saltan? Pues nada, "ajo y agua"! a caminar...

Seguro que el tema da para más, pero como ya os habréis reído un rato ahora toca hablar de otras cosas...

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