Trancoso
Trancoso es otro de esos lugares descubiertos por los hippies sobre los años 70. Aunque ahora de ese aire hippie conserva bien poco, ya que el turismo actual es más bien "chic", por no decir elitista.
El encanto principal del pueblo de Trancoso es la plaza principal, a la que llaman el Quadrado, que ni es plaza, ni es cuadrada. En realidad es una especie de avenida de arena, rectangular, con las típicas casitas de colores a los dos lados y la antigua y blanquita iglesia de São Batista al fondo.
Las casitas ahora ya son todas tiendas de lujo y restaurantes más bien caros. Eso si, precioso, tanto de día como de noche.
Vista del Quadrado con la iglesia al fondo |
Isglesia de São Bautista |
Y de noche muchas lucecitas de colores.... |
Otro de los encantos es la vista panorámica que hay justo detrás de la iglesia, ya que el pueblo está situado sobre un acantilado. Es un privilegio poder ver las diferentes tonalidades del mar desde arriba, hay pocos lugares que te permitan tal cosa sin tener que sobrevolarlo...
Las playas son paradisíacas y también tienen zonas de piscinas naturales, coqueiros y un río que desemboca en la playa, justo debajo del pueblo.
Playas desérticas ... |
Para llegar a la playa hay que bajar por una calle muy pendiente y cruzar los mangues (manglares) por un puente de madera.
Estos son los manglares que hay que cruzar que con las lluvias o con la marea alta se llenan de agua |
La primera vez que llegué a la playa por este puente, delante mío iba caminando una chica con una blusa blanca, un sombrero y gafas de sol. Al llegar a la playa miró el mar, saludó a la gente de la barraca y se dio media vuelta. Cuando se cruzó conmigo estaba cantando y en ese momento le reconocí la voz, era Ana Carolina (muy conocida en Brasil). Recordé que me explicaron que tenía una casa en Trancoso y me fijé también en su forma de caminar, muy masculina, así que sin lugar a dudas era ella.
En la foto no aparece Ana Carolina, ella caminaba un poco más adelante en ese momento |
A la izquierda del pueblo queda la playa dos Nativos, a la que hay que pasar cruzando un río. El agua llega por las piernas, pero se cruza sin problema.
Este es el río que hay que cruzar, en esta parte incluso mucha gente se baña en agua dulce |
La desembocadura en la playa hace que sea más fácil cruzarlo |
Antes de cruzar el río hay una barraca muy sofisticada pero muy bonita con forma de barca de madera. Es un buen lugar para venir al final del día y disfrutar de una bonita puesta de sol.
El bar con forma de barca, tumbonas blancas, muy rústico y elegante al mismo tiempo |
Ese día no tuve suerte con la puesta de sol pero el ambiente en la playa era como si fuera un día maravilloso |
A la derecha queda la playa dos Coqueiros. En el camino de llegada de los coches hay algunas barracas grandes frecuentadas por grupos de turistas que llegan de Porto Seguro, pero a medida que se camina alejándose de Trancoso, es una playa realmente solitaria, sólo se e ncuentra muy de vez en cuando alguna pousada, seguramente de lujo, camuflada entre los coqueiros.
Una de las barracas más frecuentadas por excursiones de un día |
Aquí ya sólo llegan los caminantes... |
Incluso los vendedores ambulantes tienen que caminar un rato para encontrar clientes |
Al norte de Trancoso están Porto Seguro, ya más turístico y con mucha movida nocturna, y Arraial d'Ajuda, también muy frecuentado pero más residencial y pintoresco.
De día es una ciudad tranquila y pintoresca, pero de noche todos estos locales son bares, restaurantes y dicotecas |
En Porto Seguro es donde están el aeropuerto y la terminal de buses. De allí, para llegar a Arraial, hay que cruzar el río Buranhém con una balsa. Una vez en Arraial hay vans y buses que van frecuentemente a Trancoso, que está a unos 40 km.
Cruzando el río en la balsa.... |
En Arraial hay varias playas que no pude recorrer enteras porque en total deben ser más de 7 kilómetros de playas y no tuve manera de llegar directamente a las más interesantes. Algunas playas que pasé fueron Mucugè y praia do Parracho, con bonitas pousadas y bares a pié de playa.
Bares hippies... |
Bares sofisticados... |
Playas solitarias donde sólo se accede desde las pousadas y algún loco como yo que le da por recorrerlas |
Después de casi dos horas de caminar conseguí llegar hasta una de las más bonitas de la zona, Pitinga, con falesias de fondo, la desembocadura de un río y algunas barracas muy particulares.
Pitinga, que se distingue por las falesias al fondo |
Al sur de Trancoso, en cambio, están dos de las playas consideradas entre las 10 mejores del país: praia do Espelho y Caraíva. Para llegar a ellas (sin coche propio) sólo hay dos opciones: contratar una excursión cara (R$ 70) que lo único que hacen es llevarte y traerte, o coger el único bus diario a Caraíva a las 7h de la mañana y regresar en el único bus a las 4h de la tarde. Con esta opción, además, el bus no pasa por la praia do Espelho, sino que te deja a unos 3 km, con lo que además toca caminar un rato.
Pero eso es lo que hacen los locales para llegar, así que yo me propuse hacer lo mismo. Sólo que tuve muy mala suerte y, de los 4 días que estuve en Trancoso, sólo pude disfrutar de buen tiempo los dos primeros, que fueron los que dediqué a Trancoso y Arraial. Después diluvió durante dos dias y dos noches, y los buses no llegaban a ninguna de las dos playas que me interesaban porque la ruta era de tierra y se ponía inaccesible con las lluvias.
Así que me pasé dos días en Trancoso sin mucho que hacer. Suerte que la familia de la pousada en la que estaba, llamada Cheia de Onda, fue realmente acogedora, y pasé horas charlando con ellos. La verdad es que me mimaron como si fuera una más de la familia, así que les estoy muy agradecida por hacerme tan agradable la estancia.
Mi familia adoptiva en Trancoso |
Así que aquí también dejé algo pendiente para regresar...
En el camino de regreso a Porto Seguro para tomar el avión, cuando estaba en la balsa esperando para salir, llegó una ambulancia. Le dieron prioridad para subir y la balsa partió en seguida. Lo gracioso es que el conductor de la ambulancia, un señor ya entrado en años, bajó y se puso a charlar conmigo, que estaba de pie junto a su puerta. Yo lo veía muy tranquilo y le pregunté si tenía alguna urgencia. Me respondió que no, sólo una mujer a punto de dar a luz. Pero me pareció que ni la mujer, ni su madre, que también estaba en la ambulancia, estaban tan tranquilas como él!
Estas son las balsas que hay que tomar para cruzar el rio, cargadas de coches, camiones, motos, bicis, personas,... lo que sea |
Bueno veo que sigues descubriendo sitios maravillosos. Un beso enorme
ResponderEliminarSERGI Y MAR