São Miguel dos Milagres
São Miguels dos Milagres es de esos paraísos perdidos inexplicablemente. Está sólo a 90 km al norte de Maceió, pero al estar lejos de la carretera principal, las excursiones turísticas no llegan aquí, ni tampoco el turismo corriente. Es el primer lugar que conozco donde hay pocas pousadas y todas son muy chics (y caras).
Al estar en la Costa dos Corais, todas las playas de esta zona están protegidas por una barrera coralina, con lo que también tienen piscinas naturales a poca distancia de las playas.
Al llegar a São Miguel la impresión es que estás en el c... del mundo, ya que es un pueblecito de pescadores donde parece que el tiempo se detuvo hace años. Las casas son muy sencillas, podría decirse que el pueblo es una sola calle y la vida es muy simple, la mayor actividad de sus habitantes es sentarse delante de casa y observar a la gente que pasa.
Una de las placitas del pueblo |
Un barbero, el precio no es para morirse, unos 3€ pero visto el cartel, aún y así debe haber gente que tiene problemas para pagarlos |
La ropa tendida en este caso parece un adorno de la fachada |
Las calles están adornadas preparadas ya para las fiestas Juaninas, que en todo el nordeste son muy celebradas, aunque no como en España... Aquí se disfrazan de campesinos y bailan forró. |
Para que os hagáis una idea del ritmo aquí... (fofoca significa cotilleo) |
Este no necesita explicaciones... |
La pousada que elegí, Pousada das Acácias, era las más barata y a pesar de ello mucho más cara que las que había pagado hasta entonces. Estaba en Porto da Rua, que es el siguiente pueblecito pegado a São Miguel y más rústico todavía. Allí me recibieron Aline y Rivaldo, siempre muy amables y atentos, que según me dijeron abrieron la pousada para mi al recibir mi reserva. Eso fué una suerte para Juliana y Cristiane, dos chicas de São Paulo que llegaron unas horas más tarde sin reservar y decidieron quedarse también.
e-mail: Pousadadasacacias_al@hotmail.com
e-mail: Pousadadasacacias_al@hotmail.com
Esa tarde seguía con restos de gastrointeritis y además el tiempo no estaba muy bién, así que me limité a comer algo, pasear por la misma playa de Porto da Rua y después descansar....
Al día siguiente coincidí con las chicas en el desayuno y me ofrecieron ir con ellas aprovechando que tenían coche. Así que me apunté sin dudarlo y así poder conocer juntas las playas más apartadas.
Así fue que cogimos la calle del pueblo, que es la misma que va pasando por todos los pueblos del municipio, en dirección norte para llegar primero a Porto das Pedras, donde teníamos que cruzar el río con una balsa (mucho más pequeña que la de Porto Seguro).
Esta es la balsa, parece que sólo cabe un coche pero según el cartel caben 4! |
A la ida íbamos amplias, pero al regresar entró un camión, que intentando encajarse en el hueco casi abolla el coche de las chicas |
Porto das Pedras es ya un pueblo más evolucionado, aunque igualmente pequeño. Entre otras cosas tiene un faro con unas buenas vistas de la zona y varias iglesias bien conservadas.
Una curiosa casa con baldosas coloridas, no es un tipo de construcción habitual aquí |
El tamaño de la iglesia está de acuerdo con el tamaño del pueblo, aunque no siempre es así |
Esta ya es más común en la zona... |
Una vez cruzado el río, a pocos kilómetros, ya llegábamos a Praia do Pontal, Boquirão y Barreras do Boquirão, pero ese día íbamos un poco más allá, concretamente a la playa de Japaratinga. Como todas las playas de esa zona, estaba llena de coqueiros, aguas verde claro y muy pocas construcciones a la orilla del mar.
En el paseo por la playa encontramos una tortuga muerta del mismo color de la arena, así que casi pasamos por encima pensando que era una roca.
Allí las pousadas verdaderamente están a pié de playa y las que son más rústicas no tienen ni valla para serpararlas de la arena.
Esto era una casa que se podía alquilar entera |
y esto una pousada con las tumbonas directamente en la playa de Bitingui |
En un tramo de la playa de Barreras de Boquirao hay unas pequeñas falesias de colores vivos.
Donde aparcamos el coche, un suizo propietario de una pousada nos habló del Mirante das Pedras, un barcito encima de la falesia con unas buenas vistas de la costa y resguardado por almendros y coqueiros.
El gran almendro cubre todo el barcito |
Los cocos los cogen en su propio coqueiro |
Estas son las vistas del mirador |
Ya de regreso a Porto da Rua fuimos a ver si aún daba la marea para ir a las piscinas, pero ya era tarde. Así que optamos para tomar algo en el Restaurante do Enildo, que era el restaurante de comida local con más fama de la zona. Allí la especialidad es el pescado o el marisco cocinado con leche de coco y en este restaurante tenían un buena carta con este plato y otros platos de creación propia.
Allí estuvimos hablando de hacer una paella juntos el último día, sólo que al final el tiempo no dió para todo. Lástima!
Al dia siguiente comenzamos con un paseo ecológico, ya que en esa zona tienen lo que llaman el Proyecto del pez Buey, el nombre de la asociación es Aribama. En Tatuamunha. hay un río lleno de manglares donde tienen un vivero de peces buey para evitar su extinción. Los crían y después los sueltan al río y los controlan, pero realmente viven en libertad, aunque son muy dóciles con la gente y les gusta acercarse a las jangadas e incluso subirse a ellas para saludar!
www.aribamaalagoas.wordpress.com
www.aribamaalagoas.wordpress.com
Antes de hacer el paseo en jangada visitamos el recinto donde personas que no tenían trabajo se dedican elaborar artesanías con el reciclaje del plástico. Con simples botellas de plástico de cualquier bebida hacen objetos increibles.
Algunos de los objetos que hacen son útiles...
Otros simples pero maravillosos adornos...
Peces de colores aprovechando totalmente la forma de las botellas... |
Entre otras cosas se dedican también a sensibilizar a los niños con el cuidado de la naturaleza. Por ejemplo les enseñan a replantar manglares, que en esa zona son verdaderamente importantes.
A medida que van creciendo los manglares los van recolocando en recipientes mayores hasta que los replantan |
En la espera Juliana se hizo amiga de la hija de Cicero, fundador y nuestro guía en el paseo |
Terminada la visita fuimos a la jangada. Allí empezaron las explicaciones de Cicero sobre su proyecto de protección del pez buey. Es del tamaño de un delfín (de hecho es un mamífero) pero tiene más el aspecto de un león marino.
Esto no es un peixe buey no, es sólo una gallina comiendo coco que encontré por el camino |
Mientras subíamos a la jangada estas niñas nos miraban divertidas sosteniendo... piedras? |
No! eran jangadas improvisadas |
Cícero nos daba las explicaciones sobre el pez buey |
Antes de acercarnos a la zona donde suelen encontrarse más nos acercamos a unos manglares para ver cómo se cogían los cangrejos, metiendo las manos (o más bién los brazos enteros) dentro de los abujeros que los cangrejos hacen para refugiarse. Este es el proceso...
Meten el brazo en un agujero en el barro... |
Aveces mucho... |
Para sacar el cangrejo escondido... |
Yo también me atreví a cogerlo, con la ayuda de Cícero, claro! |
Mientras tanto Cris y Ju hacían como que llevaban la jangada |
De ahí sí nos aproximamos al cerco donde se cuidan los peces buey y en un momento se nos acercó uno, que acababa de comer y estaba con ganas de siesta. Pero a pesar de eso acercó su morro a la jangada, sacó la cabeza y después de fué a un manglar a descansar...
Dentro de este recinto es donde están los que se están criando para soltarlos después al río |
En realidad dicen que no es necesario coger una jangada para ver peces buey. A veces sólo nadando en la desembocadura del río ya se pueden ver también. O desde alguno de los puentes que cruzan el río.
La anécdota divertida del paseo fue que mientras esperábamos a la gente que tenía que subir en nuestra jangada llegó una pareja que Juliana y yo creímos que eran unos amigos de Cris que encontramos casualmente la tarde antes. Eran iguales! Lo extraño que era que no saludaban y nosotras pensamos que era porque estaban enfadados, pero no entendíamos porqué! Cuando fuimos a pedir el permiso para navegar de repente apareció la pareja de verdad que sí saludó y le contamos a Cris nuestra preocupación. No imagináis cómo nos reímos.
Esta era la pareja verdadera |
Acabamos la visita y de ahí ya fuimos a conocer las playas de Lage e Patacho. Tomamos un camino paralelo a la carretera que indicaba Patacho. Como había llovido estaba lleno de charcos y barrizales. En un momento dado delante nuestro el camino se bifurcaba, enfrente... un charco enorme, qué un charco? Era todo un lago!, a la derecha un pequeño montículo pero sin lago. Cris conducía en ese camino igual que por la carretera, así que, a pesar que grité “a la derecha!”, ella siguió recto... si, al lago! El agua cubría las ruedas y por un momento creía que no podría salir por el otro lado, incluso resbaló un poco, pero lo consiguió! Así que nos reimos un rato de lo precipitada y valiente que fue Cris de tomar esa opción.
En breve llegamos a la playa, idílica. En realidad creíamos que estábamos en Patacho, otra de las catalogadas como mejores playas del país, sólo que no nos cuadraba una cosa... en la guía que leía explicaba que Lage era una playa cóncava y Patacho convexa. Pero la playa donde estábamos era cóncava, entonces estábamos equivocadas...
Lage, se puede apreciar la forma cóncava, como en la mayoría de las playas |
Lage a la izquierda, igualmente paradisíaca... |
Cristiane, a la que le gusta caminar y también cuando camina lo hace a la velocidad del rayo, llegó hasta la siguiente playa y nos explicó que esa si era convexa. Así que cogimos el coche y llegamos a la famosa Patacho, aunque en honor a la verdad, ambas son preciosas.
Patacho... convexa |
Igual de virgen que Lage |
Con alguna pousada que debe valer la pena! |
Las chicas relajadas aprovechando los últimos rayos |
Cuando el sol ya bajaba regresamos para poder ver la puesta de sol desde el restaurante del fancés Chez Domi, que no estaba a orillas del mar sino al otro lado de la carretera, sólo que había que subir una pendiente importante y tenía unas vistas de la zona únicas. Por no hablar de la comida, verdadero estilo francés. Allí comimos unas buenas carnes con salsas deliciosas. No era barato, pero valía la pena...
Vistas desde la terraza del restaurante, parece que esté en medio de la selva, no? |
Creo que fue la primera buena comida/cena (incluido vino) que hacía en mucho tiempo! |
El interior, sencillo pero acogedor y lleno de detalles |
El día siguiente ya era el último para Cris y Ju, que viajaban a Maceió por la tarde y de ahí a São Paulo, así que fuimos a conocer las playas más cercanas.
Primero al sur: Praia Toque, donde quedan varias de las pousadas chics.
Primero al sur: Praia Toque, donde quedan varias de las pousadas chics.
Los niños juegan en las barcas de pescadores |
Las pousadas a primera línea de mar, rústicas pero lujosas |
Otro estilo más chil-out |
A lo largo de la playa se van encontrando estos viveros de langostas |
De camino Ju recogía conchas y encontramos esta que es muy particular, parece de artesanía. Ya vi así en Costa Rica e intentamos coger, sólo que estas conchas se deshacen al secarse... |
En esta parte se mezclan el agua de río y de mar |
En esta parte ya es sólo río, aunque el agua tiene un poco de sal aún |
Ese día comimos en el restaurante Luna Bar, de comida mexicana/brasileña. Y eso porqué? Pues porque los dueños Edgar y Naldo son mexicano y brasileño respectivamente y vinieron de estados unidos hace un par de años con la idea de montar algo así. El lugar... ideal, a primera línea de mar, con vistas fantásticas, comida rica y una terraza que parece un museo.
Las bebidas más comunes: cerveza, caipirinha y agua |
Vista de la terraza con el mar al fondo, lugar ideal para disfrutar de una puesta de sol |
Todos los detalles son elegidos uno a uno incluidos los muebles |
Una sala al interior |
Aunque parece parte de la decoración, son tortugas de verdad que se acercaban a la ducha cada vez que alguien abría el agua |
Yo seguí mi viaje a la mañana siguiente. Primero cogí un coche de lotaçao, que en este caso sólo tenía que salir con las maletas a la puerta de la pousada y esperar a que pasara alguno. Si ven a alguien esperando ya saben que va a algún lugar y paran y preguntan, si coincide con su ruta subes!
El que me cogió creo que debería de correr en un rally, con la carretera llena de agujeros, bicicletas, camiones y tractores, y él a la velocidad del rayo. Como yo iba sentada delante, de vez en cuando me preguntaba si era miedosa, así que podéis imaginaros que no exagero ni un pelo. Era como una carrera de obstáculos pero en coche.
Así llegamos al pueblo donde tenía que tomar el bus para Recife. Esa fue otra aventura... cuando llegó el bus ya estaba lleno y tenía gente de pié, y aún teníamos que subir al menos 15 personas más con nuestras bolsas, paquetes y maletas. El maletero estaba lleno, así que teníamos que subir todo arriba, que también estaba lleno... Así que yo sólo preguntaba ¿y dónde pongo la maleta? y miraban a su alrededor a ver si cabía en algún hueco. Y lo encontraron! En primera fila estaban un padre con su hijo y colocaron la maleta en los pies del hijo y yo... para adentro! Pero subía más y más gente en los siguientes pueblos (cuando yo creía que ya no cabía nadie más debieron subir por lo menos 30 personas con sus paquetes...) así que tenían que sacarme del medio para que se pudieran estrujar en el pasillo. Total que tuve la suerte de que hicieran sentar al hijo en la falda del padre y yo me senté al lado. No hubiera sobrevivido a ese viaje!!!
El que me cogió creo que debería de correr en un rally, con la carretera llena de agujeros, bicicletas, camiones y tractores, y él a la velocidad del rayo. Como yo iba sentada delante, de vez en cuando me preguntaba si era miedosa, así que podéis imaginaros que no exagero ni un pelo. Era como una carrera de obstáculos pero en coche.
Así llegamos al pueblo donde tenía que tomar el bus para Recife. Esa fue otra aventura... cuando llegó el bus ya estaba lleno y tenía gente de pié, y aún teníamos que subir al menos 15 personas más con nuestras bolsas, paquetes y maletas. El maletero estaba lleno, así que teníamos que subir todo arriba, que también estaba lleno... Así que yo sólo preguntaba ¿y dónde pongo la maleta? y miraban a su alrededor a ver si cabía en algún hueco. Y lo encontraron! En primera fila estaban un padre con su hijo y colocaron la maleta en los pies del hijo y yo... para adentro! Pero subía más y más gente en los siguientes pueblos (cuando yo creía que ya no cabía nadie más debieron subir por lo menos 30 personas con sus paquetes...) así que tenían que sacarme del medio para que se pudieran estrujar en el pasillo. Total que tuve la suerte de que hicieran sentar al hijo en la falda del padre y yo me senté al lado. No hubiera sobrevivido a ese viaje!!!
Joder noia avui t'ho has currat !!!!
ResponderEliminarQuantes fotos... I lo del video ja ho tens dominat.
Cada cop pateixo més per tu :(
Es veu que ho pases molt malament, tot el dia d'aquí cap allí sense un lloc on viure, dormint en qualsevol cavana...
Ains pobreta.
je je